"No es lo mismo llorar por alguien que llorar por culpa de alguien.
En el primer caso, cuando el llanto se placa, no quedan cicatrices; tan sólo una cierta melancolía, algún pequeño dolor a modo de achaque pero llevadero, soportable. Y en todo caso, se puede volver a esperar, a confiar, a creer, a soñar.
Sin embargo, cuando se llora por culpa de alguien, la herida no acaba de cicatrizar nunca. La desconfianza hará mella cubriendo los sentimientos de celofán. Nada volverá a ser como antes ya que, hasta el corazón más comprensivo y confiado, aprende a protegerse ante el sufrimiento, la traición, la duda, el abandono, el daño gratuito y reiterado... las palabras hirientes, afiladas... Nadie sale impune de sus culpas aunque a veces lo parezca". Hizo una breve pausa y prosiguió:
"Por tanto, no te confundas. Yo jamás he llorado por ti." Concluyó mientras miraba de frente sus ojos con la altivez que otorga el desencanto. Con la aplastante superioridad que te confiere la consciencia de que la única persona en el mundo sin la cual no puedes vivir, eres tú: la más importante e imprescindible. Y que todo el resto es aliño.
10 maggio '18 - Ibone
Vilar Formoso, Portugal-maio 2018
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