Algunas veces escuchas una palabra y se instala definitivamente en tu cerebro evocando un lugar, un tiempo, un alguien, un día ("palmilha"...).
Tienes la certeza de que nunca se te va a olvidar aunque no necesites utilizarla durante el resto de tu vida. Sólo mentalmente la repasas de vez en cuando sin saber realmente el porqué. Sencillamente deseas recordarla. Forma parte de ti sin ser tuya. Puede que incluso sea una palabra "inútil" en tu vida cotidiana y, sin embargo, siempre está ahí. No consigues evitarla.
Puede que no puedas recordar otras que sí te hacen falta en un contexto determinado para organizar el discurso de tu vida; pero esa palabra que llegó a ti en un momento concreto, en ocasiones por azar o juego, no se separa de ti. ¡Es tuya!
Tú para mí eres esa palabra grabada en lo más profundo de mi cerebro. Por mucho tiempo que pase, siempre vas a estar ahí. Eres cada letra, cada sílaba y ningún otro vocablo puede hacer que me olvide de ti y mucho menos que te sobrescriba encima.
Formas parte de la frase más intensa que escuché nunca. La que no decidí pronunciar pero que se fijó con tesón en mi mente. Eres la oración que me gustaría crear cada día, a la cual añadir complementos, frases de relativo, concesivas, temporales, causativas... Y así hasta llegar a escribir un libro entero: páginas llenas de ti, mi palabra preferida.
Eres la sucesión de sílabas que repito en mi cerebro, con ahínco, con el afán de producirlas perfectamente incluso inconscientemente. Cada letra que te compone, cada monema, cada lexema, cada morfema, cada acento, cada coma, cada punto y seguido, cada línea...
Mi diccionario completo y ese verso que me gustaría reescribir algún día.
Évora-1 março 2019 (7 marzo)
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