Por mi naturaleza bastante anárquica y rebelde, huyo de comentarios banales y privos de imaginación. No me gustan los tópicos ni las frases hechas. Evito emitirlos y escapo de quienes parecen vivir inmersos en ellos hasta el cuello .
Siempre he pensado que si no se tiene algo original que decir, es preferible permanecer callados. No es obligatorio emitir un jucio, una opinión, un consejo, sobre todo no pedidos. En definitiva, una perogrullada.
A mí en particular, me ponen de mal humor las frases hechas cuando se usan como cataplasmas para aliviar dolores del alma (ajena): "¡Estás mejor sola!", "¡No sabe lo que se pierde!", "Ya encontrarás a alguien", " Tú vales mucho. No necesitas a nadie"...
Comprendo que la gente que te quiere a veces trata de animarte con "frases copia y pega" pero quien me conoce realmente, sabe que no van conmigo. Es preferible no decirme nada. Sobre todo porque, por mi forma de ser, nunca he estado mejor sola ya que disfruto más de la vida compartiendo momentos, viajes, conversaciones, juegos, etc. con la persona que me gusta, que me importa. Sola la perspectiva es siempre mucho más limitada, aburrida, triste, insípida y simplona.
Por otro lado, estoy convencida de que saben exactamente lo que se pierden. ¡No me cabe la menor duda!
No sé si encontraré o no a alguien pero ni siquiera me lo planteo porque soy una que vive en presente y no en futuro y el presente es éste y es lo único que realmente existe.
Y por supuesto, soy consciente de lo que valgo ya que mi valía depende sólo de mí y no de tener a alguien a mi lado. Son cosas distintas e independientes. Y en ningún caso, vinculantes.
Cada vez con mayor convicción me da por comparar la vida, al menos la mía pues no soy tan pretenciosa como para dar lecciones a nadie, con una caja de quesitos:
Yo soy el quesito más grande, el principal, el que le da significado y nombre. Claro que no soy el único quesito de la caja.
Están los quesitos Iris y Erika, sabrosos y adorables. ¡Nunca me canso de ellos!
El quesito Julio es también muy importante y desearía que no tuviera fecha de caducidad.
El quesito tiempo libre me satisface bastante sin saciarme. ¡Me encanta mordisquearlo!
Hay quesitos amigos que son pocos pero completan en gran medida la caja. En los últimos tiempos he aprendido a seleccionarlos y saborearlos con mayor intensidad.
Está el quesito trabajo que generalmente me deja muy buen sabor de boca. Así como el quesito aprender portugués con el que se me hace la boca agua.
Sin embargo, en este momento, a mi caja de quesitos le falta una porción e, independientemente de lo mucho que disfrute del resto de los quesitos, cuando agito la caja, todo el contenido baila porque queda un espacio vacío.
Es evidente que no me sirve cualquiera para rellenar el hueco del quesito que no tengo. Hace tiempo me conformaba con quesitos de cualquier calidad, incluso caducados o en mal estado. Pero eso pasó como la época en la que parecía que el quesito Ibone era el menos consistente de todos cuando, en realidad, sin él, no existiría ni tan siquiera la caja. Por suerte, todo esto forma parte del pasado.
Hay quien se vanagloria de sentirse repleto con sólo el quesito "YO". A mí no me basta. Yo necesito llenar mi caja con todos los quesitos que forman parte de ella porque sólo así la vida alcanza para mí todo su sabor.
Y por ese motivo, mientras no encuentre el quesito que encaja en mi caja y en cuya caja encaje yo, no creo que pueda conseguir tener la sensación de totalidad y de plenitud que anhelo.
26 marzo'19
Nessun commento:
Posta un commento
Commenti / Comentarios