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Todo lo que publico en este blog es material original libremente creado por mi mente. La idea es la de reunir textos que he escrito en el pasado alternándolos con textos que produzco en la actualidad.
Ninguna pretensión literaria. Todo lo que escribo nace de mi imaginación, de mis sentimientos, de mis vivencias. ¡Es exclusivamente mío!
Yo no escribo lo que pienso, yo escribo lo que siento. Si a alguien lo incomoda de alguna manera, no tiene por qué leer.

giovedì 22 febbraio 2024

La madre

 La tarea del taller se basaba en el libro "El peor escenario posible", de Alejandro Morellón. 

El peor escenario posible

La madre

Se levantó con una fuerte migraña en sintonía con una gran agitación en el pecho. Las pesadillas que se habían solapado durante su sueño inquieto le habían dejado una extraña sensación. Parecían tan reales que lo primero que hizo nada más levantarse, fue ir a la habitación de Jonás para comprobar que sólo había sido un horrible sueño sin más.

El niño dormía plácidamente ajeno al desasosiego de su progenitora.

“Voy a desayunar algo a ver si me entono y luego lo despierto”, pensó.

Encontró a su marido en la cocina sorbiendo su café mientras controlaba el móvil.

-          Buenos días, cariño. ¡Menuda nochecita me has dado! No dejabas de moverte y lanzar patadas y puños.

-          Buenos días, amor. He tenido un montón de sueños terribles y todos con el mismo hilo conductor: en la televisión no paraban de informar sobre un suceso gravísimo  ocurrido en el cole de Jonás. Las imágenes eran escalofriantes. Hasta el punto de que me he despertado con muy mal cuerpo. ¡No te digo más que estoy valorando el no llevar al niño al cole!

-          ¡Qué dramática eres, cariño! Sólo ha sido una pesadilla. Tengo que irme ya o llegaré tarde. ¡Te quiero mi Casandra particular!- bromeó él.

Después de acompañar al niño al colegio, se dirigió al gimnasio para su habitual clase de yoga con la convicción de que la ayudaría a apaciguar su ansiedad.

Al acabar, mucho más relajada, pasó por el supermercado para comprar algunas cosas que hacían falta en casa.

Paseaba con su carrito sin prestar especial atención a la emisora de radio que se escuchaba por los altavoces. Hasta que el corte brusco de la canción que estaba sonando, dio paso a un informativo especial.

“Interrumpimos la transmisión para informar de una noticia de última hora. Nos comunican que ha habido una explosión en el colegio “Padres caritativos”. Al parecer, un individuo enmascarado ha esperado la hora del recreo para lanzar una granada por encima de la valla hacia el interior del colegio. Según fuentes oficiales, la explosión habría alcanzado de lleno a uno de los alumnos de 5° curso.  A pesar de la tragedia, no hay que lamentar más víctimas lo cual supone casi un milagro ya que, en ese momento, se hallaban muchos niños en el patio…”

Sus oídos se negaron a seguir escuchando, mientras que su corazón galopaba en su pecho dando coces dolorosas a sus pulmones.

Empujó con fuerza el carro y salió corriendo gritando como una loca: “¡Mi hijo! ¡Mi niño que me lo han matado!”

Mientras se dirigía con un carrera frenética  hacia la escuela, pensaba en su cuerpecito mutilado. Su cabeza arrancada del tronco. En su carita un surco cruel lleno de pólvora negra borrándole la mirada. Lo vio tirado en el  suelo frío y anónimo del patio, con su uniforme sucio, roto, ultrajado. Sus piernas retorcidas como las de una marioneta rota. Sus piececitos descalzos y descoyuntados. Sus bracitos exánimes y desgarrados.

Se había formado una multitud alrededor de la verja principal del colegio. Ella, llorando y con voz ronca y desolada, imploraba:-“¡Mi hijo! ¡Es mi niño! ¡Déjenme pasar que me lo han matado!”.

Se fue abriendo un pasillo de dolor y comprensión a su paso hasta que, por fin, divisó en el suelo frío el triste cadáver del niño. El cordón policial impedía que se acercase más.

Un grupo de madres intentó consolarla pero ella estaba destrozada.

-          ¡Mi amor! ¿Qué te me han hecho?- gritaba con la garganta en carne viva.

De repente, se escuchó: “Mamá, estoy aquí”.

Jonás salió de entre los compañeros que las maestras trataban de mantener alejados y avanzó hasta ella para fundirse ambos en un abrazo no privo de los aplausos de los espectadores que asistían a la escena.

Ella, riendo como una loca, con Jonás en brazos, mostraba a todos su alegría. “¡Está vivo!”, repetía con lágrimas de emoción.

Las madres aplaudían en medio de la algarabía.

Una mujer se abrió camino entre ellas desgarrada de dolor llorando: “¡Jonathan! ¡Es mi Jonathan! ¡Lo han dicho en la radio! ¡Ayúndenme, por favor, que sin él me muero! ¡Jonathan, mi niño!”.

Una de las madres se dirigió a ella :-”Señora, por favor, un poco de respeto hacia la alegría ajena. ¿No ve que esta señora acaba de descubrir que su hijo está ileso?”.

-“ De verdad, ¡qué falta de empatía!”, la amonestó otra madre.

-“¡Y de consideración!”

Ibone Bueno Vicente

(Aereo tra Amsterdam e Madrid- 13 febb’24 Ibone)

Jerez de la Frontera (Andalucía)

Diciembre 2023


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