Advertencia

Todo lo que publico en este blog es material original libremente creado por mi mente. La idea es la de reunir textos que he escrito en el pasado alternándolos con textos que produzco en la actualidad.
Ninguna pretensión literaria. Todo lo que escribo nace de mi imaginación, de mis sentimientos, de mis vivencias. ¡Es exclusivamente mío!
Yo no escribo lo que pienso, yo escribo lo que siento. Si a alguien lo incomoda de alguna manera, no tiene por qué leer.

lunedì 15 gennaio 2024

Tabaco

 Estoy pensando que acabo de ver en la 1 un reportaje sobre la posible prohibición de fumar en espacios públicos abiertos, como las terrazas de los bares. Me han sorprendido, ya que carecía de información en este sentido, los datos sobre los efectos negativos que el humo del tabaco tiene en fumadores pasivos, incluso cuando la exposición es mínima.

Durante demasiados años de mi vida (entre los 16 y los 25), fui una fumadora empedernida llegando a más de dos cajetillas al día. Se trata de una de las cosas de las que más me arrepiento de toda mi vida. Es cierto que los tiempos eran otros y la inconsciencia, la falta de información adecuada y la opinión social sobre este fenómeno no tenían nada que ver con la situación actual.
No me resultó fácil dejar de fumar pero con tesón, cabezonería y constancia, conseguí recobrar la inteligencia que el tabaco me había consumido.
He de admitir que, desde aquel 19 de diciembre de 1991 en que fumé mi último cigarro, no soporto el humo del tabaco. Me resulta sumamente desagradable. Me da realmente asco.
De hecho, odiaba entrar en los bares antes de la ley que prohíbe fumar en su interior. Y sigo sintiéndome "atacada" y asqueada cuando me llega el humo del cigarrillo de algún peatón.
En mi reciente viaje a Budapest con Erika, ambas llegamos a la misma conclusión si bien cada una por su cuenta: no veíamos fumar a nadie por la calle y quienes lo hacían, eran en su gran mayoría extranjeros (en concreto españoles e italianos. Dato empírico).
También notamos que los estancos estaban "empapelados" por fuera para impedir la vista de lo que había dentro; lo cual nos pareció una idea brillante pues se evita la publicidad de lo que allí se vende. Si no lo ves, no lo deseas o el deseo disminuye, sobre todo, en las nuevas generaciones.
Garantizo que era maravilloso caminar por la calle sin tener que respirar humos ajenos (excepto las pocas veces ya citadas). Mi hija lo puede corroborar.
Soy consciente de lo difícil que resulta para un adicto a esta droga el dejarla. Como ya dije antes, yo lo fui durante 9 inútiles años. Sin embargo, considero primordial que se actúe con dureza y sin concesiones en este sentido, sobre todo, porque se empieza a fumar cada vez a edades más tempranas con el riesgo que eso conlleva. Además del gasto público para tratar las enfermedades derivadas del tabaquismo.
Por otro lado, hoy en día no caben excusas como la de la desinformación que había en otros tiempos.
Como en la mayor parte de las cosas, habría que atajar el problema desde la base: la educación. Una sociedad con una correcta educación es una sociedad responsable y madura, en grado de tomar decisiones de manera autónoma y respetuosa hacia uno mismo y hacia las personas que nos rodean. Sin renunciar al desarrollo de un pensamiento crítico y personal.
Desafortunadamente, es algo de lo que adolece nuestra sociedad actual.
Reforzar la autoestima de los adolescentes, ayudará a que se mantengan firmes y no se dejen llevar por las reglas del rebaño. Y lo mismo se podría decir del alcohol; pero ese tema lo dejo aparte.
Cuando la sociedad es infantiloide, egoísta e inmadura, el único recurso que queda son las prohibiciones. Otra cosa es que se hagan respetar.
13 enero 2024-Ibone

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