Se miró en el espejo del hall y se sorprendió al verse tan bella con aquel fabuloso vestido y aquellos graciosos zapatitos de cristal. ¡Nunca antes había llevado ropas tan refinadas!
Cuando
se disponía a abrir la puerta, escuchó la voz de su hada madrina advirtiéndola:
-“Recuerda,
niña, que has de volver antes de las 12 de la noche o habrá graves consecuencias.”
Cenicienta,
que siempre había sido una persona obediente y responsable, se dio la vuelta y
con un tono poco amigable le respondió:
-“Vamos
a ver, hada madrina, si os vais poniendo de acuerdo. Porque entre tú con tu
medianoche, el Estado de Alarma con que a las 10 y la Junta de Castilla y León “ordeno
y mando” que a las 8, me habéis tocado las narices. ¡Venga a imponer restricciones sin criterios comprensibles! ¡Que esto se parece cada vez más al corral de la
Pacheca!”.
Dicho
esto, lanzó con dos patadas los incómodos zapatitos, se puso unas playeras y
envió un whatsapp a todos sus amigos: “Esta noche fiesta en mi
limousine-calabaza que la culpa de lo que pase nos la van a echar a nosotros de
todos modos”.
Y es
que, como bien dice el refrán italiano, “Toppi galli a cantar non fa mai giorno”.
Sobre todo, si los gallos están más preocupados de ponerse la zancadilla entre
ellos que del estado general del gallinero.
Salamanca-16
enero 2021 Ibone
Coimbra (Portugal)-dizembro 2019
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