Se puede fingir indiferencia
mientras tu aliento pende de una
mueca
que escapa de la comisura de
su boca.
Se puede fingir incluso hastío
mientras tus ojos buscan los
suyos hambrientos
de la luz que ilumina sus
pupilas
y lanza reflejos de ilusión a
tu sonrisa.
Se puede fingir que nada
importa
mientras anhelas con deseo su
atención
y que de sus labios se resbale
alguna frase cariñosa.
Esas ocasiones en que alguna,
sin darse cuenta,
se le escapó.
Se puede fingir
despreocupación
para disfrazar el miedo de perder
ese poco que finges que
tienes.
Mientras tu alma se deshace en
filamentos
cada vez que lo notas lejano y
ausente.
Se puede fingir desdén,
abulia, apatía,
insensibilidad,
desatención.
Mientras te mueres por un
beso, por una caricia,
O por una promesa vaga y
fraudulenta,
un “copia y pega” en un montón
de más historias
que finges no saber pero que
sabes.
Y no comprendes...
¿Por qué?
...
Acercándome a ti
mientras permanezco lejos
Aprendiendo a fingir...
Displicencia.
¡Por el momento!
Un gato de Brujas (Bélgica)-julio 2020
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