Advertencia

Todo lo que publico en este blog es material original libremente creado por mi mente. La idea es la de reunir textos que he escrito en el pasado alternándolos con textos que produzco en la actualidad.
Ninguna pretensión literaria. Todo lo que escribo nace de mi imaginación, de mis sentimientos, de mis vivencias. ¡Es exclusivamente mío!
Yo no escribo lo que pienso, yo escribo lo que siento. Si a alguien lo incomoda de alguna manera, no tiene por qué leer.

giovedì 30 luglio 2020

Sin saber

Nos quisimos tanto sin saber querer. A tientas y a tropezones.

Tú fingiendo frialdad cruel cuando tu corazón ardía por dentro cada vez que nos separábamos.

Yo maquinando venganzas que llegasen como dardos envenenados a tu alma para quebrarla de igual modo que tú despedazabas mi corazón con tus comentarios despiadados, sin comprender tus no-razones.

Nos quisimos sin control, sin orden ni concierto.

Con odio a veces. Con desesperación.

Tú escondiendo la inmensidad que sentías hacia mí tras palabras crueles y dolorosas que me llenaban de llagas supurantes.

Yo mintiéndote con cinismo mientras mi corazón sólo anhelaba el contacto efímero de tu corazón. Y mis labios el reposo dulce de tus labios tiernos.

Y cuando tú decías: “Ven”. Yo corría hacia ti inconsciente, dejando todo lo demás al margen.

Y cuando yo te reclamaba, te rendías ante mí plácidamente.

Sin embargo...

Me decías sin compasión que yo no entraba en tus parámetros, en una serie de números y cantidades, de lo que tú esperabas encontrar. ¿Por qué me buscaste entonces?, te preguntaba yo confundida... Me mirabas con esos ojos que desprendían una luz imposible de no adorar.

No obstante, me querías sin querer quererme. Enfadado contigo, conmigo, por tu incapacidad para controlar tus sentimientos, por mi insistencia para que no les cortases las alas y poder así volar juntos sin límites de tiempo.

Y mientras refunfuñabas, cocinabas para mí con un cariño infinito. Me mimabas, me hacías sentir todo tu amor para de golpe recordarme que esperabas otra cosa y yo era un estorbo para encontrarla.

¿Cómo olvidar aquella vez, en aquel hotel en que por fin me abriste tu corazón de par en par para confesarme el dolor inútil que habías sufrido por mí? Tus ataques de celos que me torturaban.

Sé que sabías cuánto te quería y cuánto perdías dejándome ir. Aun así...

Aquel día, cuando te di aquel beso antes de bajar de tu coche mientras el semáforo estaba en rojo, supe que era el final de todos mis sueños. Lo leí en tus ojos. Tú te habías rendido. No querías luchar. Tenías otros planes. Y yo, caminé por la acera sin mirar atrás con desdén, sintiendo tu mirada sobre mí, consciente de lo mucho que te iba a extrañar y de que esta vez sería para siempre.

Después de algún intento por convencerte para que recapacitases, no quise volver a verte. Excepto en aquella ocasión fugaz por tu cumpleaños bastante tiempo después. Y lo cierto es me dejaste una sensación que no me agradó. No sabría explicar por qué. Por eso, durante casi un año y medio evité aceptar tus invitaciones para vernos cuando pasabas unos días en Salamanca. Es cierto que a menudo yo no estaba.

Sin embargo, tú, aniquilando tu 90% de orgullo y de cabezonería, has seguido insistiendo. Cada vez que venías, era una de las primeras personas con las que contactabas, me has confesado. A pesar de mis desdenes y de no buscarte nunca yo primero.

Me alegro de que no te dieras por vencido. Volverte a ver, pasear contigo, charlar, bromear, reírnos juntos... me ha recordado lo mucho que te quise pero sobre todo, el cariño que aún te tengo. Y lo sé porque se ve, aunque no me lo hubieras dicho, que por tu parte sientes lo mismo.

El amor no pudo ser porque no supimos querernos. ¡Pena el daño que nos hicimos!

Por suerte, la amistad sigue a salvo. No dejes de llamarme cuando vuelvas por aquí. Si estoy, estaré siempre para ti.

Ya sabes lo mucho que te quiero.

                     

Salamanca, 28-30 julio 2020



mercoledì 22 luglio 2020

Fingiendo indiferencia

Se puede fingir indiferencia
mientras tu aliento pende de una mueca
que escapa de la comisura de su boca.
Se puede fingir incluso hastío
mientras tus ojos buscan los suyos hambrientos
de la luz que ilumina sus pupilas
y lanza reflejos de ilusión a tu sonrisa.
Se puede fingir que nada importa
mientras anhelas con deseo su atención
y que de sus labios se resbale alguna frase cariñosa.
Esas ocasiones en que alguna,
sin darse cuenta,
se le escapó.
Se puede fingir despreocupación
para disfrazar el miedo de perder
ese poco que finges que tienes.
Mientras tu alma se deshace en filamentos
cada vez que lo notas lejano y ausente.
Se puede fingir desdén, abulia, apatía,
insensibilidad,
desatención.
Mientras te mueres por un beso, por una caricia,
O por una promesa vaga y fraudulenta,
un “copia y pega” en un montón de más historias
que finges no saber pero que sabes.
Y no comprendes...
¿Por qué?
...
Acercándome a ti
mientras permanezco lejos
Aprendiendo a fingir...
Displicencia.
¡Por el momento!

Ibone- 22 luglio ‘20












Un gato de Brujas (Bélgica)-julio 2020

giovedì 16 luglio 2020

Llevar el paso

Pruebo en vano a llevar el paso
de ese tu corazón esquivo.
Tropezando en la zozobra de tus requiebros
mientras bebo la dulzura que me suministras a sorbitos.
Manjar para mis ganas de sentir tu esencia.
Mi deseo: penetrar en ella, hacerla mía.
Colonizar tu vida para vivir en ella.
Sin tener que compartirla.
Pruebo a abatir el muro de tu estoicidad espinosa.
Y tu mirada dorada me traspasa, me atraviesa,
rompiendo mi voluntad de permanecer entera,
de no quebrarme ante tus palabras falsas y zalameras.
En tu paso amplio y acompasado me extravío.
¡No te llego! ¡Espera!
Tu me coges tímidamente la mano
y con el roce de tus dedos me reencuentro.
Me gusta caminar a tu lado.
Te vislumbro de reojo, a escondidas de ti,
espiando cada lineamiento de tu rostro
sin que te des cuenta.
¡Tan distraído te paseas!
Podría pasarme horas contemplándote,
perdida en tus ojos pícaros llenos de matices
que me hipnotizan y me alienan.
Me hacen sentir ebria.
Pero tú...
Tú  te escapas de mis ganas de cariño,
de mi gran necesidad de tu contacto.
Y tu afecto va y viene
incomprensible
sacudiéndome como las olas caprichosas
contra un barco en alta mar.
Sin engullirlo. Magullándolo.
De repente,
me miras, me sonríes, me abrazas, me arrebatas,
me aprisionas entre tus brazos con fuerza infinita.
Una fuerza que contrasta con la ligereza de tus besos escurridizos.
Y pruebo a llevar tu paso,
tu paso profundo y lento.
Y no sé qué es lo que quiero.
Si quiero o no quiero.
O hasta dónde quiero
seguir en el intento de llevarte el paso.
Salamanca, 16 julio 2020 - Ibone

Cádiz-julio 2020

Cuando la vida pesa

Esas ganas de llorar ni de tristeza ni de pena sino de agotamiento mental, de la vida que te pesa. Y no te puedes liberar de la sensación de opresión, del lastre que te sofoca. ¡Intentas respirar pero se evapora el aire en tu boca!
Buscas oxígeno como un pez que fuera del agua, moribundo jadea porque se siente asfixiar. Aletea debatiéndose aun a sabiendas que ya nada lo puede salvar. Sin embargo, la obstinación por la vida puede más que la rendición incondicional. Y pelea sin miramientos aferrándose a una existencia poco a poco inexistente.
Necesitas escapar pero todas las salidas están cerradas, apuntaladas, herméticas. Acorralada.
Lágrimas de liberación que aligeren tu pesar y acompasen tus latidos. ¿Dónde estáis? ¡Te sientes seca y árida como un desierto lejano!
¡Ni siquiera puedes llorar! Tienes que permanecer sonriente, fingiendo que nada importa o quizás de verdad no importe nada. Que nada vale la pena porque al final, todo es nada y nada es lo que te queda. Y de nada has vivido mucho tiempo: cada vez que buscaste algo más allá de lo que te puedes dar a ti misma que es menos de la mitad de lo que siempre has dado a los demás. Y compartiste siempre bastante más de lo que recibiste. Tanto dar sin nada a cambio contribuye a que te pese tanto. ¡Nada pesa tanto como unas manos tendidas que esperaban recibir pero nada recibían y estaban siempre vacías! Y aun así siguieron dando.
Quieres sólo llorar: a escondidas, en un rincón de tu alma, donde nadie alcance a verte. Todos te quieren alegre aunque de alegría falsa. ¿Qué más les da?
A veces la vida pesa, así... sin ton ni son... sin palabras.Como de un día para otro. Se te abalanza encima como un depredador que ansía devorar su presa sin compasión. Y tú, pobre víctima de una tristeza que no buscaste, sólo deseas llorar lágrimas no de dolor sino unas mucho más amargas como son las lágrimas de desesperanza.
Cansancio emocional. ¡Ya basta!
La Línea de la Concepción (Cádiz)-14 julio 2020- Ibone Bueno Vicente
Cádiz- julio 2020

De tu boca

Se derramó una letra de tu boca cerrada
y al querer recogerla con mis labios hambrientos,
una sensación de quemazón intensa
se apoderó de cada recodo de mi cuerpo.
De tu boca la letra nunca más ya pronunciada
y un murmullo de agua, sol y viento.
En mi corazón la niebla cada vez más densa
de un pasado agotador,de un futuro incierto.
Una brisa fresca me atravesó el alma
y mis ojos se quedaron sobre ti, entreabiertos.
Tu boca, tu sílaba, tu palabra...
Se perdieron entre el murmullo de ecos vagos,
En un mundo de distopía y de lamentos.
Millares de vocablos que aturdieron mis oídos
con acentos que escribí a trompicones .
Mi vida agramatical y llena de faltas,
un cuaderno plagado de borrones.
De tu boca no salió palabra alguna.
Deseosa de tus besos introversos.
Y salté de renglón en renglón con osadía
para así componer versos diversos.
        Ibone Bueno Vicente
La Línea de la Concepción- 12 luglio 2020
Gibraltar, julio 2020

domenica 12 luglio 2020

Heridas

Heridas de un alma herida
apenas cicatrizada
que supura en seco melancolía
y trasuda desencanto
ahogando su mirada a veces.
Un corazón macilento
que empieza a perder la fe
en que exista para él
en algún lugar,
el justo sustento, la dieta equilibrada
entre el tú y el yo
(El nosotros no existe.
Es probable que nunca exista).
La serenidad ambicionada
de la que ha carecido siempre.
Y el toque tenue,
lenitivo
de unas manos bondadosas 
que lo mimen con ternura.
Curanderas.
Sólo ése es su deseo. 
¿Tanto es? 
Sin embargo, no dejan de procurarles heridas.
Demacrados como están,
llenos de postillas.
A su alma hecha jirones.
A su corazón en los huesos.
¡Quién sabe cuánto más podrá aguantar, 
músculo cabezota!
¡Quién sabe  si hallará la paz
Quizás en alguna otra vida!
Heridas que a veces sangran,
dolorosas.
Y otras  empañan su sonrisa.
Las tampona una a una 
con el potente antiséptico
que le proporciona
las ganas de sentirse por encima de todo 
VIVA.
15 giugno'20- Ibone





































New York, gennaio '23