Sueños de soñadores
Soy
consciente de que a menudo voy contra corriente pero la corriente te lleva
siempre e inevitablemente al mismo sitio y yo soy una que necesita cambiar con
frecuencia no sólo lo que me rodea sino, por encima de todo, a mí misma.
En
los últimos tiempos, se están sobrevalorando los sueños. Y no me refiero a la
parte freudiana de los mismos o a los que secuestran nuestra mente mientras
Morfeo vela por nosotros paciente, no.
La
palabra "sueño" está sufriendo una inflación tan grande en su uso que
se está desvirtuando su contenido. Se vacía y pierde energía y poder como
sucede con todo aquello que se utiliza sin medida, en exceso y sin un contexto
oportuno.
Se
nos empuja continuamente a tener sueños con frases tan superficiales como que
"no dejes nunca de soñar", "persigue tus sueños" y cosas
por el estilo. Esta moda de las frases motivadoras me exaspera bastante. Aparte
que no creo en la autoayuda basada en ideas banales ya que considero que uno de
los graves problemas de nuestra sociedad actual es la exagerada verborrea que
inunda cada instante de nuestras vidas y que hace que no dispongamos de tiempo
real para meditar, para estar a solas con nosotros mismos y desarrollar un
diálogo interior constructivo. Aparte esto, como decía, considero que esos
tópicos que encontramos por todos los sitios: tazas, cuadernos, cargadores de
baterías, etc., tienen un efecto negativo sobre las personas. Leemos, soñamos
con los ojos abiertos y una expresión beata en el rostro pero no movemos un
dedo para conseguir nuestros objetivos. Soñamos sin más.
Será
porque todos los hombres soñadores con los que he estado, todos sin excepción,
se escudaban en sus sueños inalcanzables, casi pertencientes a otras galaxias ,
sueños de un futuro lejano años luz; y todo para no salir de su aburrida y
monótona zona de confort a la que insistentemente trataban de arrastrarme
succionando mis ganas de reaccionar hasta que mi descontento acababa por
hacerme huir de sus mundos de sueños baldíos y de sus
quimeras vanas, carentes de acción.
Será
porque mis acciones suelen sacar bastante ventaja a mis sueños e incluso a mis
pensamientos.
Será
porque hace tiempo decidí soñar sólo aquello que podía conseguir. Y opté por
cambiar la palabra "sueños" por "objetivos",
"deseos", "proyectos",
"caprichos" pequeños o grandes que alimentan mis ganas de
vivir y me
proporcionan el estímulo necesario para combatir la rutina.
Será
porque sé a ciencia cierta que nací para participar en la actuación y no para
permanecer sentada entre el público llorando o aplaudiendo.
Será
porque todos esos soñadores con los que me topé acabaron agotando mi paciencia con su
inmovilidad, con su desidia.
Los
sueños, si sólo se contemplan desde nuestra butaca,
son una gran mentira, un obstáculo hacia la serenidad.
¡Por
supuesto que yo también tengo sueños! "I miei sogni nel cassetto",
como diría en italiano. Pero no los utilizo como excusa o justificación para
quedarme quieta esperando algo que nunca va a llegar solo. En lugar de
lamentarme, intento poner todos los medios a mi alcance para hacer realidad mis
sueños. Y si no lo logro, no será por no haberlo intentado.
En resumen, en cierto modo es como el cuento del cascabel
del gato. Seguramente lo conoceréis. Los ratones estaban hartos de llevarse el
susto padre porque el gato aparecía sigiloso cuando estaban comiendo
plácidamente. Entonces, se reunieron y decidieron por unanimidad ponerle un
cascabel para poder anticipar sus movimientos. El problema surgió cuando se
preguntó quién le pondría el cascabel al gato ya que todos bajaron la cabeza y
miraron hacia otro lado.
Pues bien, con los sueños sucede igual. Es bonito soñar
pero no sirve de nada si no estamos dispuestos a “ponerle” el cascabel al gato y
hacer lo posible y más allá para que se puedan materializar.
¡Felices sueños!
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dicembre '19- Ibone
Porto Flavia , Sardegna (Italia), aprile 2019
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