A lo largo de este año, he oído bastantes tonterías pero, sin lugar a dudas, la que se lleva la palma es la de los "HOMBRES-GATO", vocablo acuñado por ellos mismos. Debo de tener algo que los atrae porque en varias ocasiones he tenido que escuchar eso de "Yo es que soy gato..." para justificar que "los cariñitos y el hacerte caso, guapa, cuando yo quiera, no cuando quieras tú. ¡A ver si te vas a pensar, monina, que puedes hacerme ver que te importo cuando a ti te dé la gana!".
Y claro, yo que hasta el 8 de octubre no había tenido nunca un gato, lo asumía como si de algo natural se tratase... Como si "la culpa" fuera mía que cuando alguien me importa, necesito demostrárselo...
Pero no...
En primer lugar, mi gato, cuando le hablo, me entiende (luego decide si me hace caso o pasa de mí.... eso sí... pero ENTIENDE). Vosotros, sin embargo, NO habéis entendido una mierda ni de mi persona ni de mis palabras ni de mis gestos ni de nada de nada en lo que a mí se refiere. Así que en este caso, 1 a 0 para el gato.
Mi gato es feliz en mi regazo, dejándose mimar, apoyando su patita sobre mi brazo, mirándome con amor y abandonándose completamente a mis caricias sin poner barreras estúpidas, hasta el punto de que soy yo la que tiene que quitárselo de encima para poder hacer otras cosas. Porque mi gato sabe que todo el amor que le doy, se lo doy sin pedirle nada a cambio, se lo doy porque quiero y porque es un placer regalarle mi tiempo y sentirlo ronronear mientras lo hago. No necesita "dejar claro" que está por encima de mí porque ambos estamos al mismo nivel. No tiene miedo de que le ponga un collar con cascabel pues no lo haría en la vida. Me gusta que venga a mí porque desea hacerlo. ¡Y viene! ¡Vaya si viene! (2 a 0 para el gato).
Mi gato corre a esperarme detrás de la puerta cuando oye mis pasos en la escalera. Y ambos tenemos MUCHOS momentos en los que nos gusta estar cada uno por su lado porque somos independientes aunque nos idolatremos. Y yo no soy gato, conste. Sólo soy persona.
Mi gato es INTELIGENTE. (3 a 0 para el gato). Cada vez que os comparáis con un gato, estáis ofendiendo la nobleza de estos animales.
Pero no...
En primer lugar, mi gato, cuando le hablo, me entiende (luego decide si me hace caso o pasa de mí.... eso sí... pero ENTIENDE). Vosotros, sin embargo, NO habéis entendido una mierda ni de mi persona ni de mis palabras ni de mis gestos ni de nada de nada en lo que a mí se refiere. Así que en este caso, 1 a 0 para el gato.
Mi gato es feliz en mi regazo, dejándose mimar, apoyando su patita sobre mi brazo, mirándome con amor y abandonándose completamente a mis caricias sin poner barreras estúpidas, hasta el punto de que soy yo la que tiene que quitárselo de encima para poder hacer otras cosas. Porque mi gato sabe que todo el amor que le doy, se lo doy sin pedirle nada a cambio, se lo doy porque quiero y porque es un placer regalarle mi tiempo y sentirlo ronronear mientras lo hago. No necesita "dejar claro" que está por encima de mí porque ambos estamos al mismo nivel. No tiene miedo de que le ponga un collar con cascabel pues no lo haría en la vida. Me gusta que venga a mí porque desea hacerlo. ¡Y viene! ¡Vaya si viene! (2 a 0 para el gato).
Mi gato corre a esperarme detrás de la puerta cuando oye mis pasos en la escalera. Y ambos tenemos MUCHOS momentos en los que nos gusta estar cada uno por su lado porque somos independientes aunque nos idolatremos. Y yo no soy gato, conste. Sólo soy persona.
Mi gato es INTELIGENTE. (3 a 0 para el gato). Cada vez que os comparáis con un gato, estáis ofendiendo la nobleza de estos animales.
Por todo lo cual, dejaos ya de estupideces. Y no hablemos de "hombres-gato", cuando, en el fondo, se trata sólo de RATONES.
28 dic'16
28 dic'16
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