Esto del amor es un poco como los taxis: a veces, llevan la bandera bajada porque están ocupados; otras, se puede ver la lucecita verde que indica que el taxi está "libre" y disponible para posibles clientes.
Todos tienen sus días de descanso semanal. Y, en ocasiones, algún fallo en el motor o en el sistema eléctrico los obliga a pasar el tiempo necesario para su reparación y puesta a punto en un taller. ¡Inactividad forzada, vaya!.
En este momento de mi vida, mi taxi y yo estamos en el mecánico arreglando cosillas que no funcionaban. En cuanto solucionemos la avería, alzaremos bandera y volveremos a la circulación.
Porque el amor, como la vida, es una carrera a la que no se debería renunciar nunca. Y a mí me encanta conducir.
16 abril 2018
Nessun commento:
Posta un commento
Commenti / Comentarios