Feliz 8 de marzo a las mujeres que vuelven a casa de noche o por la noche con el corazón en un puño, temiendo cada sombra, aguantando la respiración con cada pisada cercana, acelerando el paso para llegar cuanto antes a casa.
Feliz 8 de marzo a las mujeres que “van provocando” con
sus faldas cortas, con sus escotes, con su forma obscena de beber alcohol y que,
por tanto, van pidiendo a gritos ser agredidas por su comportamiento.
Feliz 8 de marzo a las mujeres secuestradas, engañadas y
vejadas. Víctimas de la doble moral de una sociedad enferma. Esclavas sexuales
sin voz ni voto. Inexistentes y sin esperanza de un futuro mejor.
Feliz 8 de marzo a las mujeres que se sienten obligadas a
elegir ciencias cuando aman las humanidades, a ser jefes cuando no sienten
necesidad de mandarle a nadie, a demostrar continuamente a la sociedad algo
para ser consideradas alguien que en muchos casos ni siquiera quieren ser.
Feliz 8 de marzo a la niñas obligadas a contraer
matrimonio con viejos, a las mujeres obligadas a casarse por tradición, a las
“úteros” donde procrear, a los rostros invisibles, a los cuerpos destrozados
por el exceso de embarazos.
Feliz 8 de marzo a las niñas, a las adolescentes y a
todas las mujeres violadas, maltratadas y ultrajadas en el seno de su propia
familia.
Feliz 8 de marzo a las mujeres guarras, putas, frescas
que practican el sexo con quien les da la gana y cuando lo desean.
Feliz 8 de marzo a las niñas, a las adolescentes, a las
mujeres que creen que el amor es como una canción de reggaeton y que han
perdido la autoestima y el amor propio entre sus letras obcenas y vulgares.
Feliz 8 de marzo a las mujeres que desempeñando el mismo
trabajo que un hombre reciben menos salario, a las que soportan comentarios
poco elegantes por parte de su jefe o de sus compañeros machos.
Feliz 8 de marzo a las mujeres que se han creído el
cuento de que pueden con todo. Porque detrás de ese lema se esconde trabajo
añadido y esfuerzo no compartido. Porque “Poder con todo” implica asumir las responsabilidades que ya
tenían y otras muchas más sin concesiones, sin treguas. Poder no es sinónimo de
deber.
Feliz 8 de marzo a quienes van a las manifestaciones agitando
banderas de un color determinado y vuelven a casa con la conciencia apaciguada.
Feliz 8 de marzo a todas las personas hipócritas que hoy se
superan a sí mismas con felicitaciones huecas, con frases hechas, con actitudes
extremistas e impositivas. A las que nos obligan a ser “feministas” sólo por
ser mujer cuando lo único que queremos sentirnos es PERSONA y que se nos trate
como tal.
En fin, feliz 8 de marzo de 2022, siglo XXI, dicen.
Nessun commento:
Posta un commento
Commenti / Comentarios