Advertencia

Todo lo que publico en este blog es material original libremente creado por mi mente. La idea es la de reunir textos que he escrito en el pasado alternándolos con textos que produzco en la actualidad.
Ninguna pretensión literaria. Todo lo que escribo nace de mi imaginación, de mis sentimientos, de mis vivencias. ¡Es exclusivamente mío!
Yo no escribo lo que pienso, yo escribo lo que siento. Si a alguien lo incomoda de alguna manera, no tiene por qué leer.

martedì 3 novembre 2020

Sola

 

Hay días en los que creo que nací para estar sola,

perennemente sola.

Condenada a vagar en busca de alguien

que comprenda mi necesidad de sentirme arropada

y colme mis ansias de complicidad,

deshilvando mis desvelos

hasta dejarlos en hilos sueltos.

Me miro en el espejo y veo tan sólo soledad

y pena dentro

porque anida en mi alma el desconsuelo,

la incomprensión.

Una única carencia:

la de un corazón que sienta como el mío,

capaz de hacer latir mi corazón al unísono

en esta selva negra que es mi existencia.

Me despabilo en mitad de la noche

y el sueño se burla de mí,

histrión patético,

haciéndome sentir un Arlequín de pacotilla.

Y allí estoy yo

y junto a mí  tan sólo mi cuerpo:

Sola en medio de un enorme lecho llamado vida.

Hay veces en las que mi ansia voraz de compañía

se burla de mí con crueldad maquiavélica.

Cuando me engaño con la idea peregrina

de haber encontrado por fin

un compañero de desvelos.

Una ánima afín a la mía

que sabrá quererme, cuidarme, mimarme.

Ansioso de buscarme, encontrarme,

donarme sin mesura su atención,

rey indiscutible de la mía.

Alguien que me dé

esa serenidad que yo no tengo.

Confianza, paz, seguridad,

comprensión, fidelidad,

sueños, proyectos...

¡Pequeños detalles que hacen que el vivir

sea algo inmenso!

¡Lo normal en otras vidas!

Hasta que el espejismo de lo que quisiera que fuera

(¿Por qué no es?),

se desvanece entre los vahos del desierto

haciéndome sentir aún más perdida,

más sola, más herida.

Desesperanzada. Traicionada.

Incrédula, escéptica, recelosa...

Cada vez más convencida de que nací

para estar sola,

yo,

que mi mayor ambición

es compartirme con otra persona.

Darme y recibir a parte iguales.

Y lloro de amargura...

¡Y siento como una losa el gravamen de la soledad

dentro del pecho!

3 de noviembre de 2020- Ibone


















Gibraltar, junio 2020

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